"¿Cuál es el secreto de una buena pregunta?
Que sea inesperada. Se trata de sacar a los personajes de sus casillas, de lo que se espera de ellos. Una entrevista nunca se puede convertir en un peloteo de pimpón. Hay que mandar una bola de vez en cuando a la esquina, adonde le cueste trabajo a tu oponente devolverla. En eso, la maestra era Orianna Fallacci."
David Remnick, director da New Yorker; aqui.